El avistamiento de aves es una de las actividades más atractivas de la región patagónica y, además, una de las de menor impacto ambiental.

En un ambiente excepcional, marcado por la naturaleza en su máxima expresión y la mágica tranquilidad que solo la Patagonia puede ofrecer, practicar el avistamiento de aves puede ser una actividad fantástica.

Esta disciplina, una de las actividades turísticas de menor impacto ambiental y con un creciente número de adeptos en los últimos tiempos en todo el mundo, encuentra una propuesta diferenciadora en Esquel, donde además buscan concientizar al turista sobre la importancia de las aves para el mantenimiento del bosque, tanto por su rol como distribuidoras de semillas como de consumidoras de insectos.

Uno con el entorno

Adentrarse en los ambientes naturales y mimetizarse con la vegetación es una de las principales características del avistaje de aves o también llamado birdwaching o birding (en inglés), cuyo propósito consiste en lograr que las aves no adviertan presencia extraña, y de esta manera no ahuyentarse dejándose observar desde una distancia prudencial.

Hoy, el avistamiento de aves o birdwatching seduce a personas que buscan mayor tranquilidad y relajación ya que requiere paciencia, desarrollar los sentidos de la observación y discreción.

La ventaja del ecotono en Esquel

Las características particulares que presenta el ecotono de esta región del Chubut, zona de transición entre la Cordillera de los Andes y la estepa patagónica, permiten que una gran cantidad de aves puedan convivir e invitar a vivir una experiencia única en cuanto a la observación de aves.

El ambiente generado por la gran cantidad de lagos de la zona y las lagunas que rodean a Esquel, lo hacen ideal para avistar una gran cantidad de especies acuáticas como patos, flamencos, biguá y los hermosos cisnes de cuello negro. 

También existe una diversidad de especies en la estepa, como choiques y martinetas, algunas de las del Bosque Andino Patagónico, como el Huet Huet, el Rayadito y el curioso chucao además de otras numerosas aves rapaces diurnas y nocturnas.

Entre las especies más llamativas que se pueden apreciar en la zona es el cóndor, el ave voladora más grande del mundo y símbolo de la Cordillera de los Andes. También se puede encontrar aves de la especie Maca, que tienen la particularidad de confeccionar sus nidos sobre el agua, atadas a las ramas para que no sean llevados por la corriente y tampoco alcanzados por los depredadores. Otra ave que se encuentra en la zona es el Martín Pescador, que tiene colores azules y verdes metalizados con el pecho anaranjado. También se pueden destacar las Hualas (el más grande de los Maca), unas de las zambullidoras más grandes del país, que nunca están fuera del agua y evitan volar.

Un dato de color es que los pájaros carpinteros de la Patagonia –los más grandes del mundo- frecuentan los bosques de ñires y lengas en busca de su alimento, en los alrededores de Esquel existen grandes extensiones con estos árboles, por eso es común verlos aquí y oírlos haciendo su duro trabajo cavando las cortezas de los árboles.

 

En el Parque Nacional Los Alerces

El Circuito Lago de las Juntas ofrece la posibilidad de hacer una salida de avistamiento de aves, travesía que arranca a las siete de la mañana en Esquel con destino a la Pasarela sobre el Río Arrayanes. Se avanza por el sendero hacia el Puerto Chucao, recorrido en el que se pueden contemplar, por ejemplo, Pájaros Carpinteros, Comesebos, Rayaditos, Picaflor Rubí, Huet huet, y en la primavera, Pato de torrentes. También es posible observar Quetros, Hualas, Diucas y Remolineras.

La salida, disponible durante todo el año, dura de seis a ocho horas por lo que se recomienda utilizar ropa y calzado cómodos.