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A partir de mediados de noviembre hasta fines del mes de marzo, Ushuaia transita su temporada alta de turismo internacional, pero también crece la oferta para los viajeros argentinos que buscan experiencias inolvidables con muchas aventuras

al aire libre. La ciudad más austral del mundo, puerta de entrada a la Antártida y dueña del puerto turístico más importante del hemisferio Sur, vive también su temporada de cruceros 2021-2022.

En ese sentido, desde Ushuaia parten los cruceros a la Antártida. El cruce al continente Antártico tiene unos 1.000 kilómetros de recorrido y dura unas 48 horas. Esos dos días de travesía suelen ser aprovechados para conocer todo sobre el continente antártico, su fauna y características principales. La temporada estival, de diciembre a marzo, ofrece 20 horas de luz y temperaturas algo más cálidas. Además, es la época del nacimiento de pingüinos cuando rompen el cascarón.

Curiosamente, en la temporada media de febrero y marzo se concentra la mayor cantidad de ballenas en la Antártida. En los nueve a 11 días que dura la expedición, se programan desembarcos casi a diario a hielo mediante zodiacs o gamones.

AVENTURAS EN EL FIN DEL MUNDO

A partir de este mes, la capital fueguina comienza a tener más horas de luz y cerca del 21 de diciembre los turistas podrán vivenciar el día más largo del continente, con 18 horas de luz que facilitan el disfrute de uno de los mejores escenarios naturales del país. Esta época es ideal para disfrutar las bellezas que brinda la ciudad: el Parque Nacional Tierra del Fuego y el Tren del Fin del Mundo. La visita a los Lagos Escondido y Fagnano, junto con los pingüinos magallánicos en la Isla Martillo, se incorporan a la tradicional navegación por el Canal Beagle.

¿Otras propuestas? Senderismo con la posibilidad de conocer lagunas de montaña con las extraordinarias vistas panorámicas de Ushuaia y sus alrededores; sobrevuelos en helicóptero; cabalgatas; buceo, mountainbike, canopy, kayak, canoas y la fascinante Antártida.

DOS SECRETOS ESCONDIDOS DE USHUAIA

Para los viajeros amantes de la aventura siempre hay lugares secretos y este destino fueguino no es la excepción. Una baliza en un cabo solitario, un misterioso barco encallado hace 40 años y una distinguida estancia antigua son algunos de los íconos que revelarán las historias desconocidas del área. Las agencias de turismo tienen preparada esta propuesta:

Al seguir la Ruta Nacional 3, se cruza la cordillera de los Andes por el Paso Garibaldi, se realiza una pequeña parada en el pequeño pueblo de Tolhuin, corazón de la isla. Luego, tras llegar a la Ruta Provincial “A”, se toma un camino de ripio hacia el Océano Atlántico y el Cabo San Pablo. En este punto, los viajeros caminan subiendo hasta una cuesta aislada con un faro abandonado. Lo hacen por sendas de guanacos con los que se encontrarán en todo su recorrido.

Desde allí arriba, se aprecia el Desdeìmona, un barco carguero encallado desde 1985 que invita a navegar a través del tiempo. La historia cuenta que en una mañana fría del invierno de 1985, un enorme buque con su carga encalló en las orillas del Mar Argentino, más precisamente entre las desembocaduras de los ríos Ladrillero y San Pablo, en uno de los rincones más fascinantes de la provincia fueguina. Y allí quedó, varado en la playa, solo, abandonado…

Mucho más que un punto en el mapa, San Pablo es un sitio encantador, favorito de los fueguinos para ir el fin de semana. Luego de explorar este misterioso gigante, la excursión propone visitar la Estancia Rolito, una encantadora casa de campo que conserva el espíritu de emprendimiento familiar basado en la tradición ovina y es pionera en abrir su tranquera al turismo rural para pasar un día típico de campo.