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Al pie de la Cordillera de los Andes, un hotel fantasma sigue recibiendo turistas en Mendoza. La escena ocurre en el distrito de San Rafael, a unos 310 kilómetros de la capital provincial, en una zona ideal para realizar actividades al aire libre.

Y el arribo de los viajeros tiene un motivo claro: bañarse en el piletón de piedra y hormigón con aguas termales que perteneció al complejo y aún mantiene sus propiedades curativas intactas.

Para llegar a este atractivo, los turistas deben tomar la Ruta Nacional 40 hacia el sur y, luego del paraje El Sosneado, hay que continuar por la Ruta Provincial 20, de tierra y ripio. A unos 60 kilómetros se encuentran las termas y el hotel abandonado. Cuenta la historia que fue construido en 1939 y funcionó por más de diez años, hasta que un alud de nieve y barro dejó prácticamente inhabilitadas sus instalaciones.

El complejo permanecía abierto cuatro meses al año y afirman que logró momentos de esplendor. Sus ruinas se han vuelto un imán para los visitantes y, en medio de sus leyendas, también se dice que el desmantelamiento y abandono no sólo se debió al alud de nieve, sino también a conflictos laborales entre los dueños y sus empleados. Incluso, algunos textos señalan que el hotel fue propiedad del ingeniero Frank Romero Day, conocido por ser el gestor de la Fiesta Nacional de la Vendimia.

En un trabajo elaborado por el arquitecto Pablo Bianchi (Conicet-UNCuyo), para el medio sanrafaelino Día del Sur, se informó también que la Sociedad Río Atuel Limitada, a cargo del hotel, aprovechaba “las vertientes calientes sulfurosas y radioactivas del lugar, muy recomendadas para enfermos reumáticos”.

Quienes acercan al hotel pueden observar la estructura del edificio de piedra de tres plantas. Del techo, antiguamente de chapa, y sus vigas no quedan rastros. Tanto los pasillos como los interiores de las habitaciones están en ruinas, llenos de piedras y tierra. Eso sí, el complejo conserva en buen estado las piletas de aguas termales al aire libre, cuyas propiedades convocan a gran cantidad de turistas.

EL SOSNEADO: CUÁLES SON LOS ATRACTIVOS PARA EL TURISMO

Este circuito es uno de los más imponentes de Mendoza, ya que combina paisajes maravillosos con volcanes inactivos, aguas termales, salinas y vertientes naturales. El Volcán Overo, la Laguna del Atuel y sus Cataratas le dan forma a una postal increíble.

Después del acceso de la Cuesta de Los terneros, con una altura máxima de 1.000 metros, comienza el descenso a El Sosneado. En el circuito se destacan las Salinas del Diamante, una mina de sal gigante a cielo abierto a la vera de la ruta. En esa región de 2500 hectáreas, 1.000 de ellas encierran una producción de sal explotada comercialmente y un Museo de la Sal con datos históricos y muestras de sales provenientes de todo el mundo.

Al continuar por el camino aparece el paraje El Sosneado, una zona agreste ideal para desarrollar actividades al aire libre como trekking, cabalgatas, mountain bike y andinismo superior. Y al bordear el río Atuel se llega hasta la laguna, un escenario perfecto para la pesca y el avistaje de aves.