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La última reunión del Parlamento del Norte Grande dejó sobre la mesa un nuevo proyecto: el desarrollo de la Ruta de las Aguas Termales en esta región del país. La iniciativa alcanzará a las diez provincias que conforman este bloque y buscará darle impulso

al turismo salud, cuyos beneficios atraen a gran cantidad de viajeros. Como primer paso, el plan ya cuenta con el aval del conjunto de gobernadores.

En el Norte Grande, las principales referencias vinculadas con las aguas termales se encuentran en Rosario de la Frontera (Salta), Río Hondo (Santiago del Estero), Termas de Reyes (Jujuy), Termas de Santa Teresita y Aimogasta (ambas en La Rioja), Taco Ralo (Tucumán) y Fiambalá (Catamarca). También sobresalen las aguas termales de Roque Sáenz Peña (Chaco), Oberá (Misiones) y Monte Caseros (Corrientes). Más allá de que existe amplia variedad, no todas presentan los mismos servicios e infraestructura. 

En este contexto, el Parlamento del Norte Grande acordó trabajar en nuevas obras y servicios para aquellos centros termales que no se encuentren preparados para recibir visitas a nivel turístico. El objetivo es que se habilite más complejos, y en aquellos que ya cuentan con la equipamiento necesario, se ampliarán y mejorarán sus servicios, como baños, piletas y capacidades. 

"Hay cadenas hoteleras que están apostando a este segmento con fuerza, son inversiones destinadas a crear espacios de alto nivel de confort en los que se pueda integrar el tema del bienestar con el médico", confiaron en el sector.

Turismo termal: buscan lograr mayor empleo

La creación de la Ruta de las Aguas Termales está en marcha y, ahora, su avance dependerá de las acciones que se cumplan en materia legislativa durante el año, así como también de los acuerdos que pudieran llevarse adelante entre las diez provincias del Norte Grande y el gobierno nacional. Será clave, lógicamente, con el aporte de recursos vía entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial.

Incrementar el número de fuentes termales y generar la citada ruta regional permitirá, entre otros beneficios económicos, crear nuevas fuentes de trabajo que no sólo competen a la atención que se prodiga en esos complejos, sino también al hospedaje, gastronomía, transporte y recorridos por circuitos turísticos.

El turismo termal capta a los contingentes de la tercera edad por una cuestión de tratamientos de salud y también a otras franjas etarias que pueden conjugar el uso de las aguas termales con deportes y otras actividades complementarias.

Un informe reciente señaló que la Argentina cuenta con 400 fuentes termales naturales distribuidas en 21 provincias, de las cuales 200 están disponibles para su explotación.