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La fascinación de una geografía de montañas escarpadas y tranquilos valles, cuna de excelentes vinos artesanales y artesanías de prestigio internacional. El relax de las aguas termales.

A 300 kilómetros al oeste de San Fernando del Valle de Catamarca (la ciudad capital) está el valle de Tinogasta, el polo vitivinícola de la provincia. Aquí, la industria del vino crece en un paisaje coronado por los “seismiles” (las cumbres más altas de América). Las bodegas, son de larga data y mantienen una producción de tipo tradicional.

En Catamarca, la visita a las viñas se completa con la belleza virgen, de un paisaje sembrado de pueblos blancos e iglesias construidas en adobe. Entre Tinogasta y Fiambalá, en pleno valle vitivinícola catamarqueño y a lo largo de 50 kilómetros, se puede recorrer la “Ruta del Adobe”, un circuito que es Patrimonio Cultural y Turístico de la provincia y que rescata reliquias arquitectónicas construidas en barro y paja entre los siglos XV y XVIII, donde se destacan, las iglesias de San Pedro y la de Anillaco.

El techo de América
En el oeste de la provincia, se encuentra una de las regiones de mayor elevación de la Cordillera de los Andes. Más de 20 cumbres superan los 6.000 metros de altura, convirtiéndose en un desafío irresistible, para los montañistas del mundo.

Desde 1954, en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, existe el “Taller Artesanal de Alfombras” que rescata un antiquísimo patrimonio textil y cultural, transmitido de generación en generación. Aquí, se tejen alfombras y tapices que han trascendido las fronteras, compitiendo a nivel internacional, con la calidad de las alfombras persas. Creado originalmente en la ciudad de Andalgalá, se trasladó a la capital provincial en 1954, donde funciona como “fábrica escuela”. Aquí, se enseñó a varias generaciones de mujeres catamarqueñas, la milenaria técnica oriental de la factura de alfombras y tapices, que consiste, en ir anudando y recortando el hilo de lana de oveja criolla y lincoln de excelente calidad y textura, sobre una urdimbre de hilo
de algodón.

Termas al pie de Los Andes
Desde una fantástica quebrada, entre cerros multicolores, surgen aguas termo-minero-medicinales. Son las Termas de Fiambalá. Aquí, se espera a los turistas para brindarles tranquilidad e intimidad, lejos del ruido y del ritmo estresante del mundo cotidiano.

Las termas, están ubicadas  a los pies de la cordillera de los Andes, a 1.550 msnm, a 12 kilómetros de Fiambalá y a 320 kilómetros de la capital provincial. Las aguas, surgen en lo alto de la quebrada a 75 ºC. la conforman 17 piletones naturales de roca cordillerana, que se disponen uno detrás de otro, en un cauce natural en nueve niveles, de modo que el agua, va descendiendo y reduciendo su temperatura a niveles tolerables.