La costa bonaerense invita a descubrir sus playas inmensas, sus pinares, muelles, paseos costaneros... A experimentar, también, recorridos novedosos, deleitar el paladar con su gastronomía exquisita y encontrar espacios para el relax. Y por supuesto,
conocer historias. Esas que habitan en los faros ubicados a orillas del mar. Aquí, un recorrido por cinco íconos de este tipo. Cinco guardianes eternos.
FARO PUNTA MÉDANOS (PARTIDO DE LA COSTA)
Declarado de interés municipal, se encuentra al sur de este distrito y comenzó a alumbrar a los navegantes en julio de 1893. Su estructura, construida en Francia, es abierta y posee una torre metálica en forma de tronco piramidal. Con 59 metros de altura, el nombre se debe a la punta homónima donde está ubicado. Este lugar fue descubierto por la expedición de Magallanes en febrero de 1520. Antes de la puesta en funciones del faro, hubo una gran cantidad de naufragios en costas del cabo San Antonio, lo que hace que el lugar sea hoy casi un cementerio de buques con el atractivo turístico que muchos de ellos descansan en las amplias playas.
FARO CLAROMECÓ (PARTIDO DE TRES ARROYOS)
Fue puesto en funcionamiento en octubre de 1922, hace casi 100 años, y está situado a sólo dos kilómetros de dicha localidad. Posee 54 metros de altura y se destaca como el segundo faro de estructura cerrada más alto de Latinoamérica. Esto le permite ser visualizado a una distancia de 25,9 millas náuticas (48 kilómetros de la costa). En la base se encuentran los restos óseos de una ballena, el único esqueleto de estos cetáceos expuestos en la Argentina. Luego de subir los 278 escalones, se llega al punto más alto con una vista panorámica maravillosa, en la que se puede contemplar las 1.000 hectáreas forestadas del Vivero Claromecó.
FARO QUEQUÉN (PARTIDO DE NECOCHEA)
Con más de un siglo de historia, se levanta en la localidad homónima y tiene 34 metros de altura. Consta de una torre de mampostería, con dos franjas horizontales negras y una central blanca. Se trata de un símbolo para la ciudad; tanto que su figura forma parte del escudo del distrito. En sus comienzos era alimentado a gas y, en la actualidad, cuenta con corriente eléctrica de la red urbana. El sistema lumínico posee una lámpara de 500 watts y un equipo óptico concentrador de luz.
FARO QUERENDÍ (VILLA GESELL)
A unos 30 kilómetros del centro de la ciudad balnearia, y a sólo 400 metros del mar, está construido en un bosque de pinos y acacias cercado de médanos y espinillos. Además, se encuentra dentro de la Reserva Natural Municipal Faro Querandí, de singular belleza y contraste. Empezó a funcionar en 1922, tiene una altura de 54 metros, 276 escalones en escalera caracol y su alcance lumínico es de 18 millas marinas. Es el segundo faro en altura de la costa argentina, sólo superado por el de Recalada.
FARO RECALADA (MONTE HERMOSO)
Inaugurado el 1° de enero de 1906, resalta como uno de los más vistosos por sus características. Está compuesto de una torre metálica de 67 metros de alto, con franjas horizontales rojas y blancas. En su interior, un tubo central de 1,5 metros de diámetro alberga la escalera circular de más de 300 escalones que permite llegar a su sistema óptico, emisor de luz. Se encuentra a sólo tres kilómetros del centro de la ciudad y su funcionamiento está a cargo del Servicio de Hidrografía Naval, de relevante importancia ya que guía al navegante hacia el ingreso seguro en los puertos ubicados en la Ría de Bahía Blanca. Su iluminación tiene un alcance de 52 kilómetros.