Desde el Cabo Vírgenes, en Santa Cruz, hasta La Quiaca, en Tilcara, la Ruta 40 recorre 5.194 kilómetros en la Argentina. A lo largo de su camino, atraviesa más de 20 parques nacionales, conecta 27 pasos cordilleranos y trepa hasta casi 5.000 metros
de altura en el Abra del Acay, en Salta. Y por supuesto, ofrece numerosos sitios para transitar y disfrutar. Aquí, cinco destinos imperdibles de esta ruta legendaria del país.
QUEBRADA DE LAS FLECHAS. En el corazón de los Valles Calchaquíes, entre Cafayate y Angastaco, atraviesa formaciones rocosas espectaculares que parecen flechas (de ahí su nombre) y sobresalen hasta 50 metros por encima del terreno. El camino ofrece, además, la posibilidad de maravillarse con otros atractivos salteños, como la Quebrada de las Conchas, la Garganta del Diablo, el Anfiteatro y la Yesera.
RESERVA PROVINCIAL LA PAYUNIA. En Mendoza, se trata del lugar con mayor densidad volcánica de Sudamérica (hay más de 890 conos volcánicos). Un dato a tener en cuenta: sólo puede visitarse con guías habilitados por la Secretaría de Turismo para preservar el ambiente y la seguridad de los ambientes. Durante el recorrido se pueden hacer trekkings, safaris fotográficos y avistaje de fauna. El escenario, explican en la zona, es radicalmente distinto en verano y invierno.
BARILOCHE. Este clásico rionegrino forma parte también de la Ruta 40. Se recomienda ir al Cerro Campanario, donde existe una vista panorámica insuperable, y conocer el Lago Moreno. Uno de los paseos tradicionales es el Circuito Chico: la excursión dura medio día y tiene una extensión de 60 kilómetros, en el que se pueden visitas las orillas del Lago Nahuel Huapi hasta el Hotel Llao Llao. Aquellos que prefieran navegar tienen las opciones de realizar los paseos en barco por la Isla Victoria y el Bosque de Arrayanes.
GLACIAR PERITO MORENO. Simplemente, una de las maravillas naturales del país. En Santa Cruz, este espectáculo increíble puede disfrutarse desde pasarelas y balcones, aunque también hay excursiones para caminar sobre las masas de hielos. Es inevitable la emoción al estar frente a semejante fiesta de la naturaleza. Un halo de paz infinita sobre la naturaleza virgen, lo convierte en un gran atractivo para quienes quieren disfrutar del aire puro y del sonido del silencio.
TILCARA. La capital nacional de la Pachamama le pone el broche perfecto a los cinco imperdibles de la Ruta 40. En Tilcara, todas las construcciones mantienen el ADN de un pueblo que no pierde sus costumbres. Su ubicación estratégica permite recorrer los pueblos aledaños de Humahuaca y Purmamarca, sin olvidarse de las Salinas Grandes. Uno de los puntos destacados de la región es el Pucará de Tilcara, el sitio arqueológico que se encuentra sobre un cerro de 80 metros de altura. El recorrido admite distintas interpretaciones y valoraciones, distintas formas de hacer memoria.