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Hay para todos los gustos y en distintas zonas de la Argentina. Están los caminos para quienes prefieren contemplar paisajes fascinantes, o para aquellos turistas que eligen combinar los viajes con la gastronomía. Puede ser en el norte o el sur del país.

Y también, muy cerca de la Cordillera de los Andes. Aquí, un repaso por cuatro rutas temáticas del país que vale la pena conocer.

Ruta del Vino. Más allá de no ser la única provincia que cuenta con un camino dedicado a esta bebida, Mendoza es la cuna del vino argentino; especialmente del Malbec. En la actualidad tiene unas 130 bodegas en sus cuatro regiones vitivinícolas: Centro, Este, Valle de Uco y Sur. La geografía, el diseño y las actividades que se pueden realizar en las mismas son diferentes, pero la sensación que queda luego de la visita siempre es la misma: las ganas de volver.

Una de las opciones más recomendadas para los aventureros y amantes del aire libre es recorrer esta ruta en bicicleta. Así podrán transitar las mejores bodegas de una misma zona. También, existen varios tours que pueden contratars, donde alquilan sus bicicletas y brindan diferentes recorridos por bodegas dentro de Luján de Cuyo, Maipú y demás zonas de Mendoza.

Ruta de la Selva. Rodeado por la tierra colorada característica de Misiones, este trayecto combina el recorrido por ruinas jesuíticas, reservas naturales y saltos de agua. En total, son 300 kilómetros entre Posadas y Puerto Iguazú, pasando por el Peñón de Teyú Cuaré, Candelaria, las Ruinas de San Ignacio y los yacimientos de piedras semipreciosas en las Minas de Wanda, para finalizar en un sitio representativo de Misiones y del país: las Cataratas del Iguazú.

Este camino admite el desvío por serranías verdes y arroyos, que se fusionan con otros circuitos característicos de la región. Uno de ellos es la Ruta de la Yerba Mate, que no sólo invita a recorrer sus plantaciones y los establecimientos de distintos productores, sino también el Museo del Mate.

Ruta Azul. Desde la localidad chubutense de Camarones, al sur de la provincia, este camino continúa el trazado de la Ruta Nacional 3 hasta llegar a Río Gallegos, al sudeste de Santa Cruz. Durante gran parte de todo el trayecto se vislumbra el mar; de allí que su nombre sea Ruta Azul, aunque también podría llamarse Ruta del Mar.

A lo largo de casi 1.000 kilómetros, este camino posibilita el avistamiento de aves, elefantes marinos, lobos, delfines, orcas y ballenas. Entre los lugares más emblemáticos que se pueden visitar, se destacan el Parque Marino Patagonia Austral, el Parque Marino Isla Pingüino, el Parque Marino Makenke y el Parque Nacional Monte León.

Ruta de los Seismiles. Este trayecto por la puna catamarqueña, que arranca desde la localidad de Tinogasta, ofrece algunos de los paisajes más sorprendentes de nuestro país. Cerca de la frontera con Chile, esta ruta está encuadrada por catorce picos de más de seis mil metros sobre el nivel del mar.

El recorrido continúa por la Ruta Nacional 60 hasta el Paso de San Francisco, donde finaliza la travesía que suele empezar en Tinogasta (aunque también se puede arrancar en Fiambalá) y trepa la Cordillera de los Andes.

Lo primero que se observa es el monte Pissis, en el límite entre Catamarca y La Rioja, ubicado a 6.793 metros sobre el nivel del mar. No solo es el volcán inactivo más alto del mundo, sino que también es la cumbre más alta del continente americano después del Aconcagua (Mendoza) y del Ojos del Salado, este último también protagonista de esta ruta, con 6.893 metros de altura sobre el nivel del mar. También conforman esta ruta los cerros De Los Patos, Tres Cruces e Incahuasi.