Son cientos, miles de gigantes que van apareciendo entre las montañas con los brazos abiertos, en un recibimiento simbólico que se replica infinitamente en la zona de Neuquén conocida como la Ruta del Pehuén, justamente
por la abundancia de estos árboles también conocidos como araucarias. En verano, su verde brillante se destaca en el azul intenso del cielo andino. Y su figura se refleja siempre en los lagos espléndidos de la región.
Otro nombre que recibe el Pehuén es “pino de los brazos”. Por eso, la metáfora inicial. Son enormes, crecen en terrenos pedregosos, en laderas de montañas o valles que estén no más abajo de los 800 metros sobre el nivel del mar. Y algunos ejemplares que participan de ese “saludo” hecho de ramas fueron retoños cuando la edad media promediaba en Europa.
Es decir, alcanzan los 1.000 años de antigüedad. Y son únicos en el mundo: están en Neuquén y en parte de Chile. Son considerados “fósiles vivientes”: están sobre la tierra desde hace 250 millones de años. Y quien le devuelve el abrazo al tronco escamoso como una tortuga de estos gigantes, recibirá una energía muy singular.
La misma energía singular que transmite toda su ruta y los pueblos y ciudades que enlaza. Desde Copahue-Caviahue, en el norte neuquino, hasta Villa Pehuenia, Moquehue y Aluminé como principales centros turísticos. Entre ellas se vinculan con las localidades de Loncopué y Las Lajas como centros de escala y Zapala es la virtual puerta de entrada y centro de distribución para el flujo del turismo. ¿Cómo entrar a esta ruta de los gigantes verdes? Las principales vías de acceso son las rutas nacionales 22 y 40, además de las rutas provinciales 23, 13, 21 y 26.
Por su parte, Batea Mahuida es un centro familiar, más orientado a principiantes, en un entorno natural con muchos más matices. Este centro tiene la particularidad de ser regenteado por una de las muchas comunidades mapuches a las que Neuquén les ha reconocido sus derechos ancestrales.
Villa Pehuenia se ha posicionado en los últimos años, además, como un centro gourmet con mucha personalidad. Cada año, en abril, realiza el “Festival del Cheff”. Asisten cocineros afamados de todo el país y sus restaurantes con más personalidad, como el Patagonia Bistró y el Borravino, muestran el carácter rotundo de sus cocinas.
Caviahue y Aluminé también tienen exponentes de alta cocina con los ahumados de ciervo, jabalí, la trucha y –el gran protagonista- el piñón: una semilla similar a los frutos secos que se combina con dulces o salados con memorables resultados. En Caviahue, la gastronomía con identidad también se puede disfrutar en Lo de Naty o en la Hostería Quiñe y las excursiones de verano no pueden omitir una visita al impactante salto del río Agrio: más de 60 metros de caída de agua en un entorno de rocas de formas desconcertantes.
Moquehue y Villa Pehuenia tienen también, en verano, la fascinante combinación de “playas y montañas”. Poseen alrededor de 100 playas de fina arena oscura (por la ceniza volcánica) y lagos –donde también se bucea- cuyas aguas alcanzan casi 20°C y una transparencia pocas veces vista. La reserva Pulmarí, un increíble bosque de pehuenes, ñires y cohiues, también se puede recorrer en vehículos 4x4 con agencias como Impodi Viajes y Turismo, que llevan hasta el hito 17 de la frontera con chile y hasta el mirador del cerro Impodi, un enorme macizo de granito brillante que contrasta con el marrón del resto. Es todo inmensidad. Todo paz. En invierno, por esta zona se hacen excursiones para aprender a manejar las 4X4 en la nieve.
Aluminé propone, por su parte, imperdibles desafíos en rafting, cabalgatas por las alturas patagónicas y compras de artesanías o de miel como la del productor mapuche Sandro Currumine.
Desde esta región también se puede cruzar a Chile a través del paso Pino Hachado – Icalma para quienes estén interesados en tours de compras. Pero siempre será mejor llegar a las costas más silenciosas del lago Aluminé en una excursión con los chicos de “Tu Aventura Mountain Bike” o disfrutar de una guiada por Aluminé para conocer la cultura de los pueblos originarios con la guía mapuche Rosa.