Allá a lo lejos, el Cerro El Manchao asoma con fuerza. Sorprende al primer contacto. Es el guía del camino por Catamarca. Y sobre todo, el custodio del Departamento de Ambato. Un circuito turístico ubicado 1.250 metros de
altura e integrado por villas pintorescas. Un espacio ideal para el turismo rural y alternativo, junto con la práctica de enduro, mountain bike y parapente. Un punto en el mapa, en definitiva, surcado por ríos y un clima serrano agradable. Aquí, un recorrido por los destinos que forman parte de este camino.
EL RODEO. Al pie de la sierra de Ambato, seduce al visitante por dos razones de peso: el microclima fresco y agradable en temporada de verano, y su proximidad con la capital provincial. Claro, El Rodeo se encuentra a sólo 37 kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca.
¿Qué actividades pueden realizarse en este lugar? Trekking por el río Los Nogales, donde se forman grandes cajones de agua, ideales para bañarse y pescar truchas. También se recomienda ascender por el Cordón de Ambato, donde pueden avistarse cóndores y contemplar vistas espectaculares. Y por último, vale la pena cabalgar por las cumbres que rodean al pueblo.
LAS JUNTAS. Sobre el faldeo oriental de la Sierra de Ambato, este destino catamarqueño le debe su nombre a la confluencia de los ríos Las Trancas y Las Salvias, que ofrecen abundante pesca. A 1.550 metros de altura, devuelve una imagen de suaves y verdes colinas. Su encanto resulta apacible. La mayoría de los turistas elige descansar y entretenerse en las viejas casonas recicladas y dispersas en el paisaje.
Una vez en Las Juntas, el viajero tiene excursiones obligatorias. Imperdibles. Se impone salir a caballo hacia la Silleta, a 2.300 metros de altura, donde recorrerá estrechos senderos hacia una hoyada entre bosques de pinos silvestres, sauces y campos ganaderos. En este camino, atravesará los ríos La Salvia y Las Trancas, donde hay truchas arco iris de hasta cinco kilos. No sólo eso: por momentos aparecen los cóndores de manera inesperada.
La adrenalina, en efecto, domina allí el cuerpo del turista. Y algo similar ocurre en el camino a Piedras Blancas. El camino resulta arriesgado y es como estar en un valle verde, decorado de pasto de punilla. Un césped parecido a una multitud de minúsculos helechos. Puro verde. Pura naturaleza
LOS VARELA. El auto avanza por la Ruta Provincial 1 y, de pronto, asoma otro sitio que habita en las Cumbres de Ambato. Se trata de Los Varela, un punto del mapa catamarqueño repleto de historia. Allí, existen vestigios de culturas precolombinas, como los morteros comunitarios y diferentes terrazas de cultivo, las ruinas aborígenes situadas en la finca La Rinconada y el gliptodonte hallado muy cerca de allí, en la localidad de El Bolsón, que fue declarado Patrimonio Cultural.
En enero de cada año, Los Varela infla el pecho con orgullo y abre sus puertas a miles de visitantes. Ocurre que organiza el Festival Nacional del Maíz, un evento en el que dicen presente artistas de nombre.
FRAY MAMERRO ESQUIU. Sólo hay que recorrer 13 kilómetros desde San Fernando del Valle para llegar a este lugar. Una de las zonas más atractivas de Catamarca, en la que se desarrolló gran parte de los comienzos de pueblos locales. Su nombre fue impuesto en 1934, en homenaje al fraile provincial que fue obispo de Córdoba y se lo conoce como el Orador de la Constitución. Y es el más departamento más pequeño de los 16 que componen la provincia, con 280 kilómetros cuadrados.
Sus iglesias y campanas de los siglos XVIII y XIX forman parte del Circuito Religioso de Catamarca y fueron declaradas Monumentos Históricos Nacionales en 1914. Es, en efecto, uno de los atractivos más convocantes para los turistas. La Iglesia de San José, sin dudas, se lleva gran parte de las miradas. Desde su púlpito, Fray Mamerto Esquiú dirigió su famoso sermón (“nos alegramos de vuestra gloria”). Por su parte, la Casa Natal del Fray ostenta muebles, retratos y elementos que pertenecieron a su familia. Y otro sitio para visitar es la Capilla de Nuestra Señora del Rosario. Allí, según cuenta la historia, el general Manuel Belgrano hizo un alto con sus tropas del Ejército del Norte y se realizó un oficio religioso.
LA PUERTA. Ubicada a 870 metros de altura, y al pie de las Sierras de Ambato, es otra opción turística de esta provincia. Se encuentra en un abra donde el río Del Valle la divide en dos sectores: La Puerta Norte y La Puerta Sur. En sus principios, este destino fue un un poblado indígena denominado Pomangasta. La actual localidad fue fundada por Don Nuño Rodríguez en 1690 sobre la angosta planicie formada por cerro Fariñango que se levanta al oeste y el Gracián al este. En su centro urbano se encuentra la Iglesia de Nuestra Sra. del Rosario, cuya imagen esta considerada una de las mas antiguas de Catamarca.
En el recorrido por La Puerta también se se puede conocer la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, adquirir artesanías y dulces regionales. Los turistas pueden disfrutar en sus alrededores de actividades como trekking, contemplando su belleza paisajística, cabalgatas, en otras, a tan solo 42 km de la capital catamarqueña.