Más allá de que Mendoza sea el destino predilecto del país para recorrer bodegas, visitar viñedos y disfrutar catas imperdibles, hace ya más de 20 años que la vitivinicultura comenzó a desarrollarse en diferentes zonas de la Argentina. Una de ellas es la
provincia de Buenos Aires, donde el enoturismo toma cada vez más fuerza y ofrece a los viajeros estas propuestas para conocer en Campana, Cañuelas y Coronel Pringles.
Con notas del Paraná
"Bodega Gamboa nació con el sueño de plantar un viñedo y elaborar vinos en la provincia de Buenos Aires. Después de años de trabajo, fue posible”, cuenta Eduardo Tuite Gamboa, que eligió el apellido materno para describir el espíritu familiar del proyecto que lleva más de una década. Los campos se encuentran sobre el kilómetro 65 de la Ruta Nacional 9, en el partido de Campana, a sólo una hora de Capital Federal y a una hora y media de La Plata.
La belleza natural, su ubicación cerca de la reserva Otamendi, una pequeña laguna, y el suelo francoarcilloso -perfecto para cultivar uva que se pueden vinificar- lo convirtieron en el lugar indicado donde desarrollar la iniciativa soñada. Esta bodega cuenta con una pequeña producción de vinos con 300 botellas de cada cepa: malbec, pinot noir y cabernet franc, que sólo se pueden degustar en Casa Gamboa durante las visitas guiadas, de miércoles a domingo y feriados, de 11:00 a 17:00.
Ancestral y natural
En 2011, Horacio Spinazzola comenzó a materializar su deseo de continuar con una tradición familiar: la producción de vinos. Plantó sus primeras vides y le dio origen a Vinos Uribelarrea, de la finca Don Atilio, en el Pueblo Turístico de Uribelarrea, distrito de Cañuelas.
Allí se cultivan los varietales syrah, merlot, sauvignon blanc, pinot noir, y principalmente las uvas tintas tannat por su buena adaptación al clima de la región. “Hace poco sumamos el pet nat -abreviatura del francés Pétillant Naturel-, un vino espumante bajo en contenido de alcohol, elaborado con el método ancestral de fermentación en botella. En la provincia de Buenos Aires somos los únicos que lo producimos”, explica Spinazzola.
El próximo 17 de septiembre se abrirán las puertas de la finca para vivir una experiencia imperdible de enoturismo, que incluye recorrida por las plantaciones y degustarán tres vinos con maridaje de quesos, fiambres, empanadas, dips y bruschettas.
Viñedos de la serranía
En la estancia La Catalina, al pie de las sierras de Pillahuinco, en el partido de Coronel Pringles, crecen los viñedos de la bodega Myl Colores sobre la ruta 51, a 30 kilómetros de la ciudad cabecera del municipio.
En la viña, que se encuentra a 303 metros de altura sobre el nivel del mar y a unos cien kilómetros en línea recta del mar, las variedades plantadas son malbec, chardonnay, pinot noir y tannat. La Casa de Campo de la estancia ofrece la posibilidad de alojarse frente a los viñedos y disfrutar de una estadía relajada en las postales serranas.