Al pie del Cerro López, Colonia Suiza es un clásico patagónico de cada verano. Sólo hay que recorrer 25 kilómetros para llegar a esta localidad que ofrece caminatas cortas por las casas pintorescas que se construyeron entre 1899 y 1945. El paseo a ritmo
relajado permite descubrir su perfil europeo, junto con su exquisita gastronomía y el acceso a sus playas paradisíacas. El plan puede completarse por sus senderos de montaña.
Un auto o la línea 10 de Mi Bus son las vías de acceso a Colonia Suiza. Ahora bien, ¿qué actividades se pueden realizar? Aquí, tres imperdibles de este lugar.
El plato típico para saborear
Tanto los miércoles, como los domingos, gran cantidad de turistas y habitantes de Bariloche llegan a Colonia Suiza para presenciar el ritual del curanto. Se trata de una comida araucana introducida de Chile por los primeros pobladores de esta aldea patagónica. En el país trasandino, la comida se realiza en base de mariscos y pescados, aunque de este lado de la cordillera se los reemplazó por carnes y hortalizas.
En un hoyo en la tierra a unos 25 centímetros de profundidad, se colocan piedras bochas que han sido calentadas previamente en un fogón. Sobre ellas, se agrega un colchón de hojas de nalca o maqui, y arriba, la carne de vaca, cordero, cerdo, pollo, chorizos y todo tipo de verduras. Y finalmente, se apa todo con hojas y se colocan lienzos húmedos para que no se pierda el calor. Luego, se cubre todo con abundante tierra. El destape del curanto finaliza con el himno argentino y los aplausos del público.
Un recorrido por la historia de los colonos
Los recuerdos sobre la llegada de los inmigrantes pueden observarse en el en el Museo Los Viejos Colonos, emplazado en una casa antigua construida en 1937. El guía es nada menos que su dueño, el primer médico cirujano de Bariloche que hoy tiene 82 años. Estas visitas son los miércoles y domingos, a las 16, con un bono contribución de 300 pesos. Hay un cupo máximo de diez personas. La guía por el Museo Los Viejos Colonos dura entre una hora y una hora 40 minutos.
Junto con este atractivo, los turistas pueden disfrutar de una feria que ofrece amplia variedad de artesanías, productos gastronómicos y cervezas artesanales. En la calle principal del poblado abundan las casas de te y tortas, y los restaurantes. Un poco más alejado hay varios criaderos de truchas que los visitantes pueden recorrer.
Playa, campings y senderos de trekking
Esta aldea rionegrina cuenta cuatro campings, cuyos valores rondan entre los 2.300 y 3.000 pesos por persona. Hueney Ruca se encuentra ubicado sobre la costa del lago Moreno; en tanto los campings SAC, SER y Camping Goye están en el pueblo.
Desde allí, muchos turistas emprenden el ascenso a los cerros López, Laguna Negra, Goye, Jakob y Bella Vista. En estos casos, es obligatorio el registro de trekking. Además, hay un acceso a la costa del lago Moreno, a pocos metros del camping Hueney, por un camino angosto rodeado de árboles.