A través de sus festividades populares, los destinos turísticos de la Argentina ponen en valor oficios, actividades, recursos naturales e historias de inmigrantes, entre otras cosas. Ese es el caso de Carlos Casares y Adolfo Alsina. Este fin de semana,
ambos distritos bonaerenses celebrarán las fiestas Nacional del Girasol y la del Turismo Termal, respectivamente. Aquí, algunos detalles de estas celebraciones.
Semillas en los bolsillos
“La fiesta nos recuerda la llegada de los inmigrantes judíos a Carlos Casares en 1891. Trajeron en sus bolsillos semillas de girasol que utilizaban como plantas de ornamentación y para alimentar a las aves de corral”, cuenta Fabiana Molina, directora de Patrimonio, Museo y Turismo local.
Las personas recién llegadas se instalaron en la colonia Mauricio Hirsch del partido, a la que arribaron a través de una organización filantrópica internacional a cargo del Barón Hirsch, que facilitaba la migración de israelitas a diferentes regiones del mundo. Además, introdujeron el girasol en tierras americanas, ya que en 1550 un médico y botánico español las habían llevado a Europa para estudiar sus propiedades curativas.
Gracias a este cultivo, la región de Carlos Casares se transformó en una zona productiva muy próspera. Y a raíz de su importancia, en 1961 se estableció el 31 de marzo como Día Nacional del Girasol y se designó a este municipio bonaerense como sede de los festejos. Un año después se declaró el carácter nacional de la festividad.
Durante este fin de semana, del 10 al 12 de febrero se llevará a cabo la vigesimonovena edición con un cronograma que incluye espectáculos musicales, la tradicional bendición de la semilla, la elección de las y los representantes culturales, y un patio gastronómico.
“Estamos en la cuenta regresiva con muchas expectativas. Después de dos años, es el reencuentro con la fiesta y la ciudad se empieza a vestir de gala: los comercios, las casas y el centro”, comenta Christian Massone, presidente de la comisión organizadora de la Fiesta Nacional del Girasol.
A embarrarse y festejar
En el distrito de Adolfo Alsina, Carhué es sinónimo de termas, relax, bienestar y descanso. A este listado se suma otra palabra: celebración, porque este fin de semana se realizará la 21° edición de la Fiesta del Turismo Termal que tendrá, entre otras actividades, el Maratón de Fangoterapia.
La comunidad local se prepara para recibir a las y los turistas que llegarán para sumergirse en las aguas hipermineralizadas del Lago Epecuén. “Esperamos a una gran cantidad de personas, los niveles de reservas vienen bien, así que creemos que vamos a tener una muy buena fiesta”, manifiesta Pablo Ledesma, director de Turismo de Adolfo Alsina.
El viernes se montará el bailódromo en la plaza central de Carhué y el sábado se subirán al escenario Axel Eloisa Irigoyen, Murga Gambeteando La Violeta, Humor con Beto Mena, Baile con Mezcla2 y se entregará la Corona de Sal. Al día siguiente, en playa del lago se llevará a cabo el Maratón de Fangoterapia en la que se cubrirán a veintiuna personas con barro, en homenaje al número de ediciones de la fiesta.
Marina Schmidt nació en Carhué, trabaja como asistente termal, fue parte del Récord Guinness de Flotación colectiva en 2017 y el domingo participará como embarradora en este desafío. En la capital provincial del Turismo Termal, embarrar es todo un arte y un gran oficio que se consolidó con el esplendor de esta villa turística durante la primera mitad del siglo XX.
"Desde chica he visto caminar personas embarradas, te llamaba la atención y a la vez era algo común”, comentó Schmidt, quien estudió con el médico termalista Enzo Gasparri. Para Marina, muchos de las y los visitantes que llegan a Carhué lo hacen en busca de recuerdos. “Hay personas que cuando las estoy embarrando se les caen las lágrimas, se emocionan porque rememoran cuando vinieron con sus padres o sus abuelos. Es remover toda esa historia”, concluye.