Los caminos colorados proponen una aventura y vale la pena animarse. Poco importan la vegetación intensa y los rayos del sol potentes. Al final del viaje, asoman los secretos de un producto clásico de la Argentina. La Ruta de la
Yerba Mate, considerada "Marca País" y "Marca Argentina", entre otros reconocimientos, espera a los turistas para contemplar escenas selváticas, conocer sitios imperdibles, degustar gastronomía regional... Y sobre todo, observar el proceso de esta planta que forma parte del gen argentino.
Los circuitos de esta propuesta atraviesan la totalidad de Misiones y el norte de la provincia de Corrientes. En su trayecto combina las claves en la cosecha de la yerba mate con algunas de las grandes joyas naturales del país, como las Cataratas del Iguazú, los Saltos del Moconá, los Esteros del Iberá y las Misiones Jesuíticas Guaraníes. Incluso, el paseo también tiene su perfil gastronómico, con hoteles, restaurantes, cafés y heladerías que ofrecen productos derivados de las hojas de este árbol nativo del bosque o la selva subtropical de América del Sur.
Los pueblos originarios obtenían de esos ejemplares silvestres la materia prima para elaborar un alimento estimulante fundamental para ellos, conocido como “Caá-Mati”. Los guaraníes transmitieron a los padres de la Compañía de Jesús la forma de consumir yerba mate a través de estas infusiones con propiedades energizantes, y revitalizadoras.
Los protagonistas en este viaje de descubrimiento, que -tal como se dijo- está repleto de maravillas naturales, son los establecimientos yerbateros que exhiben sus plantaciones y explican los conocimientos acerca de "la tarefa" o cosecha, las materias donde se puede hacer degustación, los museos y negocios temáticos, los restaurantes y las casas de productos regionales, entre otros atractivos.
Según cuenta Alejandro F. Gruber, presidente de la Asociación de la Ruta de la Yerba Mate Argentina (ARYM), el viaje puede organizarse con circuitos de medio, uno o más días. ¿Algunas opciones? Conocer Apóstoles, la capital nacional de este producto, visitar algunos establecimientos y participar de la cosecha. Cada turista puede elegir el perfil de establecimiento yerbatero que le interesa visitar entre un abanico de estilos de producción.
Los especialistas muestran sus plantaciones y explican el trabajo de cosecha a los visitantes. En ese sentido, las grandes fábricas abren las puertas para mostrar el proceso industrial de la yerba. Si bien suelen recibir visitas, conviene consultar antes de iniciar el recorrido