Más allá de ser un destino turístico reconocido por su antigüedad, la ciudad de Pedro Luro, ubicada en el partido bonaerense de Villarino, tiene otro cartel que luce con orgullo: sus aguas termales de características únicas. Surgidas de una capa
interna a 968 metros de profundidad, tienen un nivel de mineralización cuatro veces más alto que el Océano Atlántico, con 124 gramos de sales por litro, mientras que el mar concentra 38. Así, sus propiedades son muy beneficiosas para el cuerpo.
Hace 920.000 años, la lluvia sobre la región de Sierra de la Ventana se filtró en la tierra y atravesó sus diferentes capas hasta llegar a su ubicación actual, según el relevamiento que realizaron el Conicet, dos universidades nacionales y una extranjera, en la cuenca del Colorado. Para Marcos Kunich, director municipal de turismo en Villarino, esa investigación fue de "vital importancia".
"Desde entonces hemos podido avanzar en datos estadísticos y concluir un proceso de muchos años. Nos permitió conocer las propiedades específicas del agua para contarles a quienes nos visitan los beneficios y seguir posicionándonos como un destino de turismo para la salud”, agrega Kunich.
El agua de Villarino es hipertermal, porque en boca de pozo brota a 72 grados, en el trayecto hacia las piletas del complejo pierde temperatura e ingresa con 60 y se mantiene entre los 35 y 40 grados. Además, reúne una importante cantidad de minerales como cloro, sodio, calcio, magnesio, litio, amonio, azufre, bromo, yodo, nitrógeno, hierro y potasio, en grandes proporciones. Todas esas cualidades la han convertido en una opción saludable para tratar cuadros de estrés, dolores musculares, trastornos circulatorios y problemas respiratorios.
UN HOTEL CON HISTORIA
Durante casi 30 años, este surgente de agua quedó prácticamente cerrado; de hecho, sólo lo lo conocían los pobladores de la zona. Hasta que, en 1967, el gobierno provincial comenzó a construir un hotel. Inaugurado dos años después, el edificio se llamó Pedro Barragán, en honor al hombre que donó a la Provincia las tierras donde se realizó la perforación inicial. Desde su fundación, las distintas generaciones de concesionarios realizaron reformas y cada una le dio su propio estilo al predio.
El 18 de agosto de 2018 se llevó a cabo la reinauguración del hotel, luego de seis meses en los que había permanecido cerrado por obras para el reacondicionamiento edilicio. Actualmente, el espacio termal incluye tres piscinas cubiertas a distintas temperaturas, hidromasajes, cascada y sauna hidrotermal. Además, se ofrecen masajes descontracturantes con diferentes técnicas, drenaje linfático y aromaterapia.
Al aire libre, otras cinco piletas con agua termalizada a diferentes grados complementan el atractivo desde donde se pueden observar los paisajes típicos del sur de la provincia de Buenos Aires. Las caminatas guiadas o paseos en bicicleta desde el complejo hasta la playa del Río Colorado, a través de un acceso privado, forman parte de los imperdibles que brinda la instalación a sus huéspedes.
“En Pedro Luro, los turistas van a encontrar todos los servicios necesarios para disfrutar de la estadía con atractivos cercanos como la laguna La Salada y el Complejo Salesiano de Fortín Mercedes, ubicados a solo cinco kilómetros de las termas”, concluye Kunich.