Lugares apacibles que seducen a los viajeros con sus costumbres de pueblo, sus paisajes de playas agrestes y sus experiencias de relajación y descanso en los municipios de General Alvarado, San Cayetano y Necochea. Allí, las pequeñas localidades
se convierten en una alternativa singular para embelesar la temporada y alejarse de lo cotidiano. De cara a las próximas vacaciones, van tres destinos recomendados.
Contacto con la naturaleza
Las playas prácticamente vírgenes, solitarias y alejadas del ruido urbano, en Centinela del Mar (General Alvarado) forman parte de los ecosistemas litorales con alta relevancia biológica que preservan comunidades faunísticas y florísticas autóctonas de la costa pampeana austral, incluyendo especies endémicas como la Lagartija de las Dunas, Monumento Natural de la Provincia de Buenos Aires.
A la localidad se llega desde la ciudad de Miramar por la Ruta Provincial 77 hasta la Ruta Provincial 88, donde se gira a la izquierda y, luego de 32 kilómetros, se encuentra el acceso con 17 kilómetros por tierra directo hasta la entrada. Otra alternativa es tomar el camino de tierra desde Mar del Sud durante 35 kilómetros.
Desde Rocas Negras hasta el Arroyo La Nutria Mansa, es una Reserva Natural que protege restos fósiles con gran importancia para comprender el pasado y la evolución de las especies en la región. “El valor paisajístico para la explotación eco-turística de bajo impacto puede representar un interesante recurso económico local, siempre que respete la intangibilidad necesaria que deben mantener muchos de sus sectores para lograr su sustentabilidad a largo plazo”, afirma Claudia Manso, directora de Promoción Turística local.
La comunidad de este destino turístico es parte de encuentros y peñas folclóricas que atraen un nutrido público, pugnando por conservar las tradiciones ancestrales con participación de artistas pampeanos y patagónicos.
La playa con pequeñas bahías
A 75 kilómetros de la ciudad de San Cayetano, emplazada entre médanos, afloramientos rocosos y vegetación agreste, la playa donde se forman pequeñas bahías presenta atardeceres de película. Deportes de agua, pesca deportiva, descanso, recreación al aire libre y fotografía invitan a la sorpresa y el disfrute.
También se pueden observar diferentes naufragios: los más populares son el barco "El charrúa", que se encuentra en el mar y se ve cuando la marea está muy baja, y "Pagrus I", ubicado sobre la arena, unos ochos kilómetros hacia el oeste; la única manera de llegar es a pie o en vehículos con doble tracción.
Otro clásico del destino son los paseos en bici en sus paisajes soñados. Desde la Oficina de Turismo local prestan bicicletas para todas las edades y, adaptadas, para personas con movilidad reducida. Tres campings, cabañas, restaurantes, cervecería, pastelería, proveedurías, servicio policial, sala de primeros auxilios, guardavidas y prefectura naval son algunos de los servicios que incluye el balneario.
Maravillas enmarcadas por el Atlántico
El nuevo paseo Lago de los Cisnes aparece como atractivo destacado entre las playas y bosques de Necochea: un sitio de encuentro para el esparcimiento, el aprendizaje y el contacto fluído con la naturaleza, a partir de una experiencia recreativa integral.
Juegos de aventura como tirolesa, paseos en hidropedal, vértigo jumping, palestra, kayaks, toro mecánico, inflables y calesita, locales gastronómicos, tienda de artesanías y granja ecológica tienen como centro a este lago artificial.
Quienes visiten este paraíso de playa no pueden dejar de pasar por el Museo Casa del Faro, emplazado al pie del faro, en la calle 535 al 542, como iniciativa del reconocido artista quequenense, Nicasio Díaz Llanos. Muestra permanente sobre óleos y acuarelas de artistas nacionales e internacionales, certámenes literarios y de fotografía, exposiciones de consagradas y emergentes, festivales de cine, presentaciones de libros, talleres y charlas, con vista privilegiada al mar.