En el norte bonaerense, hay ciudades que se extienden más allá de sus límites y sorprenden con atractivos que combinan la tradición del campo y las luces de la urbe. La calidez de su población, las charlas de café en la semana, el olor a asado de los

domingos, la excelencia de la gastronomía, el violeta de los jacarandás y el aroma de los eucaliptus hacen a sus costumbres y paisajes bucólicos.

PERGAMINO: TRADICIÓN Y PUEBLOS RURALES

Con una enorme riqueza patrimonial, el distrito ofrece actividades para el esparcimiento al aire libre y rememora costumbres y tradiciones camperas que lo posicionan como un gran centro turístico de fin de semana. El Reducto Fortificado, declarado Monumento Histórico Nacional y Provincial, ubica a Pergamino en un territorio fundamental de lo que se conoció como la frontera que separaba a los criollos de las comunidades originarias. El edificio que data de 1730 dio origen al primer núcleo poblacional de la zona.

Con sus típicas calles de tierra, los 12 pueblos rurales que integran el distrito guardan historias del trazado ferroviario, de las primeras instituciones y de las personas que los habitaron. Además, presentan grandes cascos de estancias rodeados por la flora y fauna de la llanura bonaerense y por sembradíos que ofrecen postales diferentes en los distintos momentos del año.

A una cuadra de la plaza, en el El Socorro se encuentra el viejo almacén de ramos generales rebautizado como boliche De Tato, una tradicional esquina donde los vecinos se reúnen, a la hora del mediodía o rumbo a la nochecita, en una animosa conversación. “Siempre hay una larga mesa tendida, cargada de sabrosas preparaciones, y en todo momento el aroma de la cocina despierta el apetito de quienes andan por allí”, cuenta Romina Viale, titular de la Dirección de Cooperación Internacional y Turismo.

Pergamino se caracteriza por ofrecer una variada carta gastronómica en todas sus localidades: platos salados y dulces, comidas caseras y especialidades gourmet para degustar antes o después de recorrer su arquitectura e historia.

ARRECIFES, LA CIUDAD DEL AUTOMOVILISMO

A unos 40 minutos de Pergamino, se encuentra este destino que comenzó a instalarse como un punto turístico para escapadas de fin de semana. La zona balnearia a la vera del río Arrecifes, ubicada a pocas cuadras del centro, es el escenario ideal para pasear, disfrutar de tardes de picnic bajo la arboleda, practicar deportes náuticos como el canotaje o la pesca, e incluso acampar con todos los servicios.

El Balneario Municipal propone diversidad de eventos culturales, turísticos y deportivos, y El Viejo Molino, con su parque, invita a recorrer senderos y a conocer las Ruinas del Tajamar, dinamitadas en 1940, luego de la inundación que destruyó parte de la ciudad.

Una relajada caminata por las plazas Bartolomé Mitre, donde se encuentra emplazada una obra original en bronce centrifugado del escultor José Fioravanti, y Almirante Brown para observar el busto de Luis Perlotti que homenajea al padre de la Armada Argentina, se puede combinar con la visita a la iglesia parroquial San José de los Arrecifes, que con sus 400 años de historia es una de las más antiguas de la Provincia.

El circuito céntrico también incluye al Centro Cultural, Museo y Archivo Histórico con sus obras de arte, antigüedades, muestras sobre paleontología y exposiciones de los autos que fueron íconos del automovilismo. “Corredores nacidos en nuestra patria chica brillaron en competencias nacionales e internacionales, por eso en todo el mundo nos destaca la marca Arrecifes Cuna de Campeones”, aseguró Guillermo Di Giovanni, director de Turismo municipal.

La distinción también se ve reflejada en la gastronomía del pago con el Alfajor Tuerca, un manjar bonaerense identitario, y en restaurantes que incluyen la temática entre variedades de comidas y distintas opciones para degustar el típico asado.

Y para dejarse encantar por la magia de los pueblos rurales solo hace falta viajar a las localidades vecinas de Viña y Tood, donde cada noviembre se convoca a celebrar las tradiciones campestres en la Fiesta del Buñuelo. Parajes con historia, destinos tranquilos rodeados del imponente paisaje del campo y antiguas ciudades que invitan al descanso durante todo el año, se posicionan entre las alternativas más elegidas por quienes disfrutan descubrir nuevos lugares. Pergamino y Arrecifes, dos distritos bonaerenses para agendar en la ruta de los próximos viajes.