El paraíso natural de animales silvestres existe y se encuentra en la localidad de Coronel Pringles, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Allí, la postal de ensueño que enamora a los viajeros se completa con los colores de la flora autóctona,

el sonido de los arroyos y el cordón serrano Pillahuinco. Se trata de una región ideal para recorrer durante las próximas vacaciones de invierno.

En Senderos de Fra-Pal, más de 300 especies habitan un predio de 330 hectáreas. “Ciervos, búfalos, multicuernos, llamas y muflones conviven de manera libre y armoniosa. No hay corrales”, afirma Paola García, coordinadora de la propuesta. La mujer vive desde hace diecisiete años en Fra-Pal, un paraje de tan solo siete habitantes, ubicado en el cruce de las rutas provinciales 51 y 72.

El paisaje de llanuras, ríos, sierras y arroyos la inspiró hace siete años para realizar actividades de pleno contacto con la naturaleza. Este emprendimiento ofrece una experiencia inolvidable: senderismo con avistaje de animales, trekking a las sierras, cicloturismo, caminatas bajo las estrellas, o la luna llena, y campamentos rurales, con fogón y cena.

El contacto con los animales

Los recorridos a pie con observación de fauna son los que más turistas atraen. “Es una propuesta única en la Provincia porque pueden tener contacto con ciervos, búfalos, llamas y muflones, entre otras especies. A quienes nos visitan les damos alimento para que los animales se acerquen”, describió García. Al finalizar el itinerario se degusta una picada serrana con productos artesanales elaborados en el Fra- Pal: pan casero, quesos, escabeches y chorizos secos.

Durante el trekking hacia el Cerro La Adolfina se encuentran monumentos megalíticos con mucha historia y rodeados de la belleza del Pillahuinco. "Quienes nos visitan se sorprenden con el lugar y lo llaman la pequeña África por la similitud que tiene con el paisaje de ese continente”, cuenta Paola García. En la zona crecen el pastizal pampeano serrano y árboles vernáculos como el piquillín con dos o tres siglos de antigüedad.

“También nos agradecen la oportunidad de disfrutar de la naturaleza en estado puro y de los relatos sobre el pasado y los nativos que habitaron la zona . Nos dicen que los hacemos experimentar la magia de lo simple y sencillo”, asegura en tono orgulloso.

Para Marianella Strasere, directora de Turismo de Coronel Pringles, “la iniciativa pone en valor este lugar que se localiza en las intersección de las rutas provinciales 51 y 72, un punto estratégico entre los destinos de playa y sierras. Han captado muy bien el turismo serrano”.