Al igual que cada 30 de noviembre, hoy se celebra el Día Nacional del Mate. La infusión que es un clásico de encuentros y amistad en la Argentina. El cultivo que tiene su propia ruta productora, turística y gastronómica en el norte

de Corrientes y toda la extensión de Misiones. Y que perfora cada vez más los límites de esa zona. Es el caso de la provincia de Buenos Aires, donde un grupo de personas hace culto al mate a través de colecciones que se convirtieron en museo, y emprendimientos que se animaron a crear nuevas versiones de la yerba.

El Día Nacional del Mate se celebra desde 2014 en conmemoración al nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, designado por José Gervasio Artigas como Comandante General de Misiones, y considerado el promotor de la producción y distribución de yerba mate. Esta costumbre ha permanecido inalterable en el tiempo y el año pasado, según datos oficiales, los argentinos consumimos 227 millones de kilos de yerba mate. Nada más. Nada menos.

¿Qué significa esta infusión en la vida de algunas personas? "Son tesoros que guardamos porque conservan historias y momentos que hemos compartido. Guardan valores como el dar y el recibir, como el saber esperar el turno y agradecer”, cuenta Mabel Salmoni. En 2017, ella y su compañero Fernando Buonsanti decidieron darle un espacio físico exclusivo a los 1.400 envases de yerba que conformaban su colección y exhibirlos para todo aquel que quisiera conocerlos. Así nació el Museo de la Yerba Mate en la localidad de Reta, partido de Tres Arroyos, que integra la Ruta Nacional de la Yerba Mate a nivel nacional, y que se puede visitar con entrada libre y gratuita.

Hace 35 años, Mabel y Fernando comenzaron a guardar las etiquetas que hoy tapizan las paredes del museo, desde el techo hasta el piso. “Como siempre decimos, donde hay mate hay encuentro y por eso nuestra adoración”, destaca Salmoni. Ambos degustaron  yerbas de Paraguay, Brasil, Uruguay y las que se importan a Estados Unidos y a países árabes. Por eso hay tanta variedad en el kilaje y en los materiales de los envases: cajones, bolsas de lienzo y de arpillera, papeles, cartones, plásticos, vidrios, latas y maderas, que acompañan la colección de 600 mates.

En Sierra de la Ventana, Alberto Plaza tiene a su cargo desde 2009 el Museo del Mate. “Hay más de 3.500 mates y tenemos otros guardados porque no hay más lugar para exhibirlos”, afirma y, luego, detalla que la colección incluye piezas antiguas relacionadas a la tradición matera como latas de yerba, publicidades, pavas y termos. La muestra tiene espacios que homenajean a los tripulantes del ARA San Juan, a los caídos en Malvinas, y a Horacio Guaraní, Facundo Cabral y Tamara Castro.

Por su parte, Uriel Charne es el creador de Matea, el primer mate bar boutique de Latinoamérica que funciona en la ciudad de La Plata. Charne se define como un apasionado de las propuestas innovadoras y sostiene que para cada persona hay un blend específico. “Los cítricos, jengibre, frutos rojos, chips de coco o granos de café, identifican distintas personalidades. También los Toques, Antártida, Andina, Pampa y Litoral, que otorgan notas distintas de sabor” explica.

Desde Junín, Seresi Infusiones Gourmet recupera tradición de la abuela Titina. “Ella acostumbraba a tomar té con bombilla, fiel al estilo criollo. Era una especie de apropiación argentina de la cultura inglesa, que lo asemejaba a la forma de tomar un mate. Además, nunca faltaba la ronda de mate con café, naranja, o alguna hierba que cosechaba en su propio jardín. Ella nos inspiró a seguir la tradición y a iniciar el proyecto que bautizamos con su apellido”, cuenta Facundo Baro.

Para este experto en aromas “cada blend tiene su época del año para ser disfrutado”. Por ejemplo, el blend de yerba ‘Tango’ “es muy solicitado en primavera y verano, por el sabor cítrico que invita a consumirlo como tereré al lado de la pileta”. Otra de las combinaciones de yerba son “Chai Pampero”, elaborado con té Chai, anís, canela y cardamomo, “Coccolare” que mezcla coco y dulce de leche, “Con amigos” que lleva cáscara de naranja y granos de café tostado.

El mate tiene el sabor de las tradiciones familiares, de la amistad y el compañerismo, conserva historias que atesoran sus aficionados en la provincia de Buenos Aires y presenta nuevas propuestas para que cada persona pueda elegir su propio mate, una consigna a la que nos acostumbramos en tiempos de pandemia.