La Argentina ofrece casi 500.000 kilómetros de rutas. Sus caminos unen regiones y costumbres. También devuelven escenografías naturales increíbles, colores mágicos... y sabores intensos. Ya no se arman viajes sólo para conocer atractivos

turísticos. También se planifican para disfrutar de los recorridos gastronómicos. Aquí, tres propuestas para seguir de cerca la pista de los aromas y disfrutar las comidas típicas de nuestro país.

LAS EMPANADAS TUCUMANAS

Entre las ciudades de San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y Famaillá surge la Ruta de la Empanada. Abarca 41 locales donde se elabora este clásico argentino y pueden conocerse los procesos y productos de su elaboración. En esta provincia, la receta es exactamente la misma: carne cortada a cuchillo, huevo, cebolla blanca y de verdeo, ají, pimentón y comino; todo ello envuelto en una masa que siempre debe tener entre 13 y 15 repulgues.

La mayoría de los locales que componen esta ruta se traducen en peñas, bares o restaurantes donde nunca falta el buen vino y algún show folclórico. Vale destacar que Famaillá (a 35 kilómetros de San Miguel) es la Capital Nacional de la Empanada, por lo que en septiembre de cada año se celebra su evento festivo.

LA RUTA DEL VINO EN SALTA

A través de la Ruta Provincial 307 se llega Cafayate, en los Valles Calchaquíes, una región compartida por Salta y Tucumán. En la zona salteña, Cafayate, Cachi y sus alrededores son los protagonistas de esta Ruta del Vino. Aquí se produce el Torrontés, una cepa de gran valor enológico. La región cuenta además con un microclima especial para el cultivo de esta uva, los viñedos alcanzan una altura de alrededor de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Más allá de sus paisajes increíbles, como la Quebrada de las Conchas y el Anfiteatro, se recomienda visitar las bodegas de alta gamas, donde los viajeres podrán combinar los sabores de los mejores vinos argentinos con gastronomía en un entorno de paisajes increíbles de viñedos y montañas. Dos bodegas que no pueden faltar en su recorrido son: El Esteco, con una finca de aproximadamente 480 hectáreas, y El Porvenir de Cafayate, con cuatro fincas (El Retiro; Río Seco; Alto Los Cardones; Alto Los Cuises.

LA RUTA DEL SALAME EN TANDIL

Famoso por sus sierras, este destino bonaerense también pisa fuerte con este producto, ya sea de picado fino o grueso, que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad. De hecho, en febrero de 2020 presentó el salame curado más largo del mundo. La pieza, de 99,5 metros de longitud y 278 kilos de peso aproximado, fue exhibida ante unas 10.000 personas que participaron de la XXXVII Edición del Festival de la Sierra.

La elaboración de este salame gigante requirió el trabajo de 100 personas que procesaron durante 12 horas un gran volumen de carne vacuna y porcina, para posteriormente curar la pieza elaborada durante 30 días.

Este producto emblemático es el resultado de un proceso que armoniza condiciones ambientales favorables propias de la zona de Tandil (inviernos largos y niveles de humedad del 75%). Se trata de una ciudad donde la disponibilidad de materias primas en cantidad y calidad suficiente y el dominio de técnicas de elaboración artesanales lograron pasar año tras año el secreto del mejor salame.

Claro que allí también se puede disfrutar de horizos, mortadelas, pancetas, lomito, jamón crudo y quesos. Una fiesta para el paladar. Productores recomendados: Cagnoli, Las Dinas, Don Rosendo.