"Estamos esperando un lleno total para Semana Santa y nos quedan muy pocas plazas disponibles". Lo dice Javier Muñoz, director de Turismo de San Rafael. El destino mendocino se prepara para el próximo feriado largo, con propuestas para todos

los gustos. Ya sean personas grandes, adolescentes o pequeños, fanáticos de la naturaleza y las opciones más relajadas, la ciudad ofrece distintos atractivos.

Aquí, un repaso por los imperdibles de San Rafael, donde aconsejan a los viajeros "que llamen antes y se aseguren el alojamiento" de cara a Semana Santa, ya que "en esos días será muy complicado conseguirlo".

RECORRER Y CONOCER BODEGAS. San Rafael es uno de los principales productores de vino del país, y algunos de los mejores exponentes nacionales nacieron en esos terruños. Bodegas grandes, medianas y pequeñas, casi todas tienen su circuito para recibir a los turistas y hacer degustaciones, mientras que en otras se pueden alojar parejas o familias con todas las comodidades.

VISITA A VILLA 25 DE MAYO Y LOS REYUNOS. En este recorrido se hace un viaje al pasado. A pocos kilómetros, en la pintoresca Villa 25 de Mayo, se encuentra el Fuerte San Rafael del Diamante. Declarado Monumento Histórico Nacional, fue una de las últimas construcciones de la colonización española, y ha tenido un papel fundamental en la defensa del territorio con historias que vale la pena descubrir.

Luego se llega a Los Reyunos, donde se encuentra la represa que contiene al Río Diamante, gracias a la cual se ha formado un lago artificial de una belleza y colores muy llamativos. Los cerros y rocas que no llegaron a taparse por completo por el agua emergen mostrándose con curiosas y famosas figuras, como “La Ballena” o “El Elefante”. Todo esto se puede recorrer en catamarán, que tienen salidas de manera permanente y que son algo imperdible por el verde intenso de sus aguas. Los más aventureros tendrán una posibilidad única de hacer tirobangi atravesando el lago, una emoción única para los que aman la adrenalina.

EL NIHUIL Y EL CAÑÓN DEL ATUEL. Tal vez sean las bellezas más conocidas de San Rafael, ya que cualquiera que la haya hecho recomendará la excursión. La primera parada se hará en El Nihuil, lugar donde se disfrutar de las playas y bañarse en el agua clara y cristalina; y por supuesto, comer algo para empezar a recorrer el circuito del Cañón.

Dentro del mismo se va observando todo el aprovechamiento hidroeléctrico de las aguas del Río Atuel, con sus tres centrales y sus respectivas represas. Además, las paredes del Cañón –a veces de con más de 130 metros de alto- muestran diferentes geoformas para divertirse y buscarle similitudes a personajes, objetos o animales. Finalizado el circuito, deslumbra desde el hermoso mirador el lago de Valle Grande, con la central hidroeléctrica nº 4 al pie del dique.

LA CIUDAD Y EL PARQUE DE LOS NIÑOS. Si de museos se trata, en el Museo Municipal Ferroviario, ubicado en la ex estación ferroviaria, se encuentra la primera locomotora que llegó a la ciudad a principios del siglo pasado y generó un crecimiento comercial y poblacional que modelaron a la zona como se la conoce hoy. La plaza San Martín (en pleno centro de la ciudad) y la Plaza Francia son paseos obligados de las nochecitas sanrafaelinas, donde se puede respirar la esencia de los lugareños.

Sin embargo, el orgullo de la ciudad es el Parque de los Niños, un lugar increíble para que los chicos, adolescentes y grandes disfruten al aire libre de juegos, ferias locales, espectáculos gratuitos. Ubicado sobre la Avenida Yrigoyen, a pocos metros de restaurantes, cafecitos y cervecerías, es uno de esos lugares que ya son un clásico de la ciudad y siempre alegran a los visitantes por la diversidad de propuestas que encuentran.

Por último, otro lugar ineludible para los amantes de la literatura, la historia y los espacios verdesn es el Laberinto de Borges, una joya que hay que ver y en la cual vale la pena perderse y encontrarse.