Se trata de un objetivo impulsado por múltiples ONGs desde hace cuatro años. Y la iniciativa está a punto de lograr el resultado deseado. Ocurre que Córdoba dio el paso clave para sumar su tercer Parque Nacional. Estará

ubicado en la mayor cuenca endorreica del país, que comprende a la laguna de Mar Chiquita, los bañados extensos del Río Dulce en la costa norte y las bocas de otros ríos secundarios al sur. La propuesta apunta, sobre todo, a garantizar la preservación del ecosistema, de alrededor de un millón de hectáreas, donde habitan más de 450 especies.

La creación del Parque Nacional Ansenuza avanzó el fin de semana con la firma del Acta de recepción de información técnica. Del acto participaron el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié; el secretario de Ambiente de la provincia de Córdoba, Juan Carlos Scotto; el presidente de la Administración de Parques Nacionales, Lautaro Erratchú; y el intendente de la Municipalidad de Miramar, Adrián Walker.

"Cerramos la semana con esta alegría enorme. El presidente Alberto Fernández dijo en su discurso del 1° de marzo que teníamos como objetivo la creación de nuevas áreas protegidas", destacó Cabandié. "Poder tener este trabajo conjunto entre la provincia y Nación nos da mucha felicidad", celebró el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

La laguna de Mar Chiquita -considerada el lago salino más grande de Sudamérica y entre los cinco primeros del mundo- y los Bañados del Río Dulce son un enorme humedal, de alrededor de un millón de hectáreas, donde sólo el lago salado ronda las 600.000. En este hábitat se encuentra el 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en Argentina, y se concentran más de 380 especies de aves, casi el 36% de la avifauna total del país.

Además, Mar Chiquita alberga las tres especies de flamencos que hay en Sudamérica, donde el flamenco austral, que es la especie más abundante y se la encuentra durante todo el año, cuenta con poblaciones de hasta 350 mil individuos, según el último censo.

Las costas de la laguna son el lugar ideal para observar aves acuáticas como el cisne coscoroba, tero real, gaviota capucho café, biguá, garza blanca, garza mora, entre otras. En sus inmediaciones, según últimos estudios que hicieron las organizaciones con cámaras trampa, se observaron pumas, pecaríes y carpinchos y aguará guazú, entre otros mamíferos.

Las principales amenazas para este complejo ecosistema y para toda su fauna y flora en general están asociadas a la degradación del monte nativo, la tala, la caza, el sobrepastoreo, el avance de la frontera agrícola, la extracción de agua de los ríos que la alimentan, y posterior reducción de humedales, la contaminación del agua y el turismo no sustentable.