El cielo del país invita a interpretar los enigmas del universo, observar la oscuridad en la soledad de los caminos rurales, y como obsequio ofrecen las mejores imágenes de la Vía Láctea. Las noches cálidas de primavera y verano son la época ideal del

año para participar de las jornadas de turismo astronómico y dejarse sorprender con los relatos sobre el universo. Una experiencia diferentes y, a la vez, muy recomendable para los viajeros.

“El astroturismo es imaginar otros mundos posibles, preguntarse si habrá vida en otros planetas y, al mismo tiempo, entender por qué estamos acá. Contemplamos el cielo como lo conocieron nuestros antepasados, desde el inicio de la humanidad”, afirma el fotógrafo Sebastián Jeremías. Para este aficionado a la astrofotografía, hay dos momentos que emocionan a los participantes: "Uno es bajarse del auto en medio de la ruta, lo más lejos posible de cualquier pueblo, apagar las luces, y mirar hacia arriba. Y el otro, observar por primera vez, a través de un telescopio, a Saturno. Tener al alcance eso que tantas veces vieron en fotos, revistas o videos”.

En este sentido, Nicolás Ariel Arias, astrónomo amateur y coordinador adjunto de la sección de estrellas dobles de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA), agrega: “La mayoría de las personas se maravilla al reconocer la Vía Láctea, nuestra galaxia; o con planetas como Júpiter y Saturno. También cuando encuentra objetos y nebulosas que desconocía por completo”.

Astroturismo en la provincia de Buenos Aires

El turismo astronómico bonaerense convoca a estas experiencias fascinantes que deslumbran con historias apasionantes sobre las distancias del universo, la relación de las comunidades originarias con el cielo y las formas de los distintos astros.

“Las personas se sorprenden cuando armamos el sistema solar a escala real, al entender la distancia entre los planetas, o al descubrir cuán lejos está, incluso, la estrella más cercana. El tamaño insignificante del Sol en la Vía Láctea despierta mucho asombro”, señala el periodista Ezequiel Ibrahim, que realiza jornadas de turismo astronómico en los municipios de Navarro y Lobos.

Lejos de las grandes ciudades y de las pequeñas localidades, el cielo de la provincia de Buenos Aires se vuelve profundo, oscuro y, paradójicamente, claro para la contemplación. “Cuánto más alejado de los pueblos, mejor. Hacemos salidas a los municipios de Alberti, Mercedes, San Pedro, Chascomús, General Belgrano y Sierra de la Ventana, entre otros”, detalla Arias.

“La Provincia tiene paisajes nocturnos tan interesantes como inesperados, y nuestro deseo es que se conozcan”, expresa Jeremías, y destaca propuestas como Yamay Ecoturismo en el partido Las Flores, donde se llevan adelante talleres de astroturismo y astrofotografía; y “Cielos Albertinos”, un Club de Ciencia y Astronomía creado por estudiantes y docentes de la Escuela de Educación Secundaria N° 2, del partido de Alberti.

Los cielos limpios, sin contaminación lumínica, de las diferentes regiones de la Provincia conjugan pasión y conocimiento para quienes quieran vivenciar una experiencia inmersiva única e inolvidable.